martes, 23 de abril de 2013

Solo queda un inmenso vacío.


Nada. Solo un vacío inmenso. Un vacío que me deja sin aliento, con millones de palabras que recitar y miles de lágrimas que derramar.
Palabras que se se convierten en falsos te quieros y lágrimas que se convierten en falsas sonrisas. 
Fingidas y malditas sonrisas sin motivo, malditas todas aquellas palabras que salen de mi boca carentes de sentido. Maldita de mi desde el día que te marchaste, desde que dejaste a esta flor marchita, que no renace ni con mil litros de agua, que no te olvida ni con mil kilos de amnesia.

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