miércoles, 22 de octubre de 2014

Querer tanto para dejar ir.

No se dónde he dejado mi cordura, tampoco se dónde esta mi corazón.
Me han dicho que le han visto desangrandose por alguna alcantarilla de estas calles muertas, tan muertas sin ti.
Y es que no sabia como explicarle que ya no tenia por que quererte, que ahora su única función era bombear sangre. Y ha decidido manifestarse ante tu puerta para que vengas a salvarme de tanto desastre, aunque el si que es sastre.
Yo en todo ese tiempo he decidido dejarle marchar y que no vuelva, quedatelo, que seguro que me va mejor sin él.
No quiero sentir más, no quiero volver a querer, porque duele mas de lo que sacia. Pero joder, si es que ya te echo de menos. Malditos veintidós que siempre me traen un dolor. Malditos todos aquellos que hacen que sea tan profundo.
Ven mascara de hierro y gritame otra vez que me quieres por alguna calle de Madrid, hazme el amor hasta que el mundo se nos caiga encima
Pero a la vez no vuelvas, no te dejes convencer por el diablo, que solo piensa arrancarte la ropa, robarte el corazón, besarte de nuevo, comerte entero y hacerte suyo para siempre.
Que el amor tiene todo menos corazón, y así nos ha dejado, hechos añicos.
Y tu que me preguntabas si creía en el amor, cariño, yo creía en ti, en nosotros y acabe creyendo también en él, pero nunca debería de haberme fiado de ese hijo de puta que tanta catástrofe ha causado. Ya le puedes ir diciendo al amor que me rindo, pero a sus pies.
Ahora esto ha acabado y yo mirare arder cada nota que te escribí, te echare de menos como nunca antes lo había hecho, te buscare en cada rincón aun sabiendo que no te voy a encontrar. Me arrepentiré cada segundo y a cada milésima querré tirarme por ti desde el décimo piso de los amantes.
Seis vidas fueron pocas para enamorarte, la séptima la tendré que usar para atarte, a mi cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario