sábado, 24 de agosto de 2013

Amanecer con tu cochecito.


Te voy a contar un secreto, un susurro al viento en este día soleado de agosto.
Tu y yo no estamos hechos para darnos la mano por las calles de Madrid, nuestros labios no están hechos para juntarse, para rozarse, ni nuestros cuerpos para hacer el amor cada anochecer. Nuestros ojos quieren ver revoluciones, nuestros labios besar la luna, y nuestras manos tocar las estrellas.
Querido, tu eres de copas, de colacao, de discotecas a reventar, de putas en reservado, de Chojin pero de pokemon, de amigos para siempre pero sálvese quien pueda, tu con tu corbata mal anulada eres de sentimientos a escondidas y noches de desfase para no recordar. Eres de días que se hacen segundos y largas noches de pasión, un Ferrari, una americana a medio atar y una copa de whiskey en la mano. Yo soy esa película en la que muere el héroe, el pintalabios descolocado después de un beso, la música rock a todo volumen mientras bailas enfrente de un espejo. Soy momentos de lujuria, y abrazos en frío con la esperanza de entrar en calor, soy un beso en el cuello, unos tacones de 12 cm, un pitillos rotos y un cigarro a medio acabar a medianoche.
Nosotros, me arriesgare a decir, nosotros somos vida, somos, y todo lo que seremos. Juntos o separados. París o Roma. Sol o ruinas. Muerte o vida.
Todo esto es un caos, pero es que mi vida es un caos continuo.

Tal vez Albert Espinosa nos defina bien con el titulo de su libro, "Todo lo que podríamos haber sido tu y yo, si no fueramos tu y yo"

No hay comentarios:

Publicar un comentario