martes, 21 de mayo de 2013

Ana, y su tigrecito sin nombre. Una vida por delante.



¡Menuda decepción! Si, menuda decepción se llevo Ana cuando se entero de que había crecido. La mayor de su vida. Y ella que creía en el País de Nunca Jamas, en Peter Pan y Campanilla. ´Solo son cuentos, Ana, mi vida, tu ya has crecido', le dijo su madre al irse a la cama. Pero ella no se lo creía,`que inútiles son los mayores de hoy en día'  se repetía aquella noche, que siempre están diciendo mentiras y que nunca verían como ella ve. Quería mucho a su madre, pero esa noche no la dio ni su beso de buena noches, que enfadada estaba, tanto como su tigrecito. Menudo peluche, sabía todas sus historias, todos sus sueños y conocía cada lagrima que había caído por aquella carita de la niña mas mágica del mundo. Tenía una gran historia, o mejor dicho tenían. Llevaban mas de cinco años juntos y todavía no tenia nombre, el tigrecito sin nombre le llamaba su madre, pero Ana, decía, que el todavía no le había dicho como se llamaba, que necesitaban más confianza, y que hasta entonces así se quedaría, sin nombre, que tal vez tuviera más misterio así, y ella siempre fue de fantasías. De cuentos para no dormir, de sueños las 24 horas del día, y de revoluciones.
Menuda era ella, pero no os preocupéis, que aunque crezca, Ana siempre seguira sienda Ana. Con todo lo que la hace tan mágica.

1 comentario:

  1. Que relato tan tierno. Desprende magia de la buena a cada palabra.

    http://www.azucarycenizas.blogspot.com.es

    ResponderEliminar